Pues eso, que 30 años no es nada. El colgante que veis, tiene una historia especial para mi. La piedra es un simple canto rodado, pulido y que un hippie de hace 30 años, puso mi nombre y le dibujó unas florecitas. Mi padre, un tarde, volviendo del trabajo, vio la piedra en cuestión, convertida en un colgante gracias a un fino alambre que se pegó a su alrededor y una anilla por la que se pasaba una fina cadena plateada. Tenía entonces 5 años, y me hizo mucha ilusión el regalo. Pasaron muchos años, y el alambre se despegó, y por nostalgia y cariño, guardé la piedra en una cajita y la conservé.
Hace unos días, navegandopor la red, vi un tutorial en el que explicaba cómo engarzar una piedra con tupis y rocalla. Una lucecita se encendió y tras una horita más o menos... TACHÁN!!! ya tengo de nuevo mi colgante favorito en circulación.
He puesto una foto de cómo queda por detrás porque realmente el resultado es bonito visto desde cualquier ángulo.
Buenas noches!!!