Este colgador lo compré por impulso, ya que cuando lo vi, me di cuenta que era perfecto para mi bichillo, sobretodo porque al venir en crudo, me daba posibilidades para explayarme un poco (que en el fondo es lo que me gusta, darle un toque que lo convierta en único). Lo decoré yo misma, con Cristina a mi alrededor poniéndose perdida de pintura (que mona!!! qué bonitos se ven tus deditos en los cristales del balcón... alguien tiene el teléfono de Herodes? es para una consulta...)
La verdad es que me gusta como quedó, lo malo es que aún no lo he colgado (ejem, vaga que es una)
2 comentarios:
te ha quedado genial me gusta la combinacion de colores... que risa lo de Herodes, es como cuando mi ahijado pringaito hasta arriba de chocolate me dice, te quiero mucho!!! y se restriega contra mi jersey blanco... que haces? lo matas o lo adoras??
Es que del chocolate podríamos escribir varios posts... desde lo más placentero como un masaje de chocolate (que le hicieron a una servidora este sábado pasado) hasta de los lugares donde ha aparecido chocolate cuando mi petardilla le da por comer algún trocito (un día apareció un pegote de chocolate en mi cogote... para llamar a Iker Jiménez)
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